artículos de opinión
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REFORZAR EUROPA EN TIEMPOS CONVULSOS, TAMBIÉN DESDE ALBACETE
por Francisco Tierraseca Galdón | Secretario de Cooperación al Desarrollo y Política Internacional del PSOE Albacete.
Un año más, celebramos el 9 de mayo el día de Europa. Pero en esta ocasión no lo hacemos con la misma valoración que lo hacíamos en años pasados. La situación internacional ha situado en el centro del debate a las debilidades de la Unión Europea frente a los gigantes de la política internacional: los Estados Unidos de América, Rusia y China.
Y esas debilidades están hoy reflejadas en la carencia de una política clara en materias tales como la industrialización, nuestra capacidad comercial, la necesidad de reforzar nuestra seguridad y defensa, la garantía de futuro para nuestra juventud o gestionar la migración con un enfoque de Derechos Humanos y de tantas otras necesidades para mantener nuestros principios y fortalezas como actor de primera en el orden mundial.
Siendo conscientes de la importancia del papel internacional de la Unión Europea que han de reforzar tanto la Comisión Europea como todos los Estados miembros, desde la provincia de Albacete no podemos minusvalorar ni difuminar el impacto que las políticas europeas han tenido, tienen y tendrán en las personas que vivimos en los municipios de este rincón de Castilla-La Mancha. Y considero de vital importancia que seamos conscientes de lo que nos jugamos cuando hablamos del futuro de Europa.
Y no me refiero solamente a la aplicación de la Política Agraria Común (PAC) y su importancia en una provincia en la que la actividad agrícola y ganadera es una prioridad económica fundamental para su desarrollo, ni al programa ERASMUS+ que ha permitido una formación mucho más adaptada a la realidad europea de nuestros estudiantes.
Estoy hablando de políticas que afectan a cuestiones cotidianas de la gente, y que vemos todos los días en nuestros pueblos y ciudades. La política europea ha permitido procesos de regeneración urbana y desarrollo sostenible a través del Plan Urban, con planes de desarrollo regional a través del FEDER, inversiones en materia de empleo, educación y formación a través del Fondo Social Europeo, actuaciones de mejora en colegios, hospitales, rehabilitación de edificios, instalaciones de energías renovables, apoyo a la creación de empresas, mejora del atractivo turístico, movilidad sostenible, etc.
Sin olvidar las millonarias inversiones de los fondos Next Generation EU, del Plan de Recuperación del Gobierno de España tras la incidencia de la COVID-19 en nuestro país, resultado del gran trabajo de negociación ante las instituciones europeas. Cabe recordar que la excelente gestión en la distribución y administración de las distintas vacunas contra el coronavirus fue posible por la iniciativa de l a Comisión.
Frente a esta realidad indiscutible, observamos como proliferan a los discursos que ponen en cuestión las competencias que los Estados miembros delegamos en su día ante las instituciones de la UE, discursos que incluso hoy proponen menos Europa e incluso proponen la desaparición de la Unión Europea.
Desde el PSOE de la provincia de Albacete somos conscientes del impacto beneficioso que la política europea tiene en la ciudadanía, y reafirmamos nuestro compromiso y apuesta por más Europa. Una Europa más segura, mas fiable como socio en la política internacional, una Europa más industrializada, con un poder comercial reforzado, con mejores infraestructuras, con más justicia social y Estado del Bienestar, con una política migratoria con un enfoque de Derechos Humanos.
En definitiva, una Unión Europea que integre y represente a toda la población de nuestra provincia y sus problemáticas y abierta al mundo y que mire al futuro en positivo.
Celebremos este 9 de mayo, también en Albacete.
¿Aconfesionalidad católica?
DESDE EL ACEQUIÓN – por Antonio Martínez Martínez
Querido paisano.
Te escribo desde la Motilla del Acequión, desde el que fue tu hogar y del que mi respetado alcalde parece haberse olvidado, a la vista de los míseros recursos que tiene previsto invertir en su rehabilitación. Es lo que tiene formar parte de un colectivo tan pequeño y que para colmo de males ni siquiera vota. Pero paciencia amigo, que no hay mal que cien años dure.
Hoy quiero comentarte una reflexión a la llevo tiempo dándole vueltas y que no me había decidido a compartir hasta ahora, no me preguntes por qué, aunque igual es porque cuantos más años cumples, menos ataduras tienes. Si acaso las que te impone tu propia conciencia, que con eso ya vas bien servido.
Empezando por el principio y por ser claros, te digo que hago mío y sin reservas el contenido del artículo 16 de la Constitución Española, que garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades, y que también establece que ninguna confesión tendrá carácter estatal, entendiendo al Estado como la suma de las tres administraciones, central, autonómica y local, aunque este último añadido sea de cosecha propia.
Dicho esto, quiero proclamar mi respeto hacia toda aquella persona que libremente profesa la religión con la que se siente más a gusto dentro de su piel, incluidas aquellas otras que, haciendo uso de esa misma libertad, deciden no practicar ninguna, y en consecuencia se declaran ateas, agnósticas o cualquier otro sinónimo que venga a significar lo mismo.
Por eso celebro la decisión de aquellos cargos públicos que sienten la fe católica correr por sus venas, y asisten gozosos a cuantos eventos religiosos se programan porque así se lo dicta su conciencia, sin alardear del cargo que puedan ocupar provisionalmente en ese momento. Y para ser justo, también aplaudo a quienes toman la decisión de no participar en ellos porque no sienten dentro de sí esa llamada.
Y mira que soy consciente de que quedarse en la puerta y no traspasar el umbral es una situación difícil de explicar, complicada de asumir y compleja de ejecutar, aunque solo sea por los dichosos convencionalismos sociales. Tarea que no debería ser tan ardua, porque cuando uno se presenta a las elecciones lo hace bajo el paraguas de un determinado partido político o coalición electoral, no bajo el refugio de tal o cual confesión religiosa.
Entiendo que cualquier creencia, sea esta la que sea y cuente con los fieles que cuente, pueda sentirse respaldada cuando las autoridades locales deciden participar y asistir a las celebraciones especiales que cada una conmemore y que sin duda están señaladas con rojo fosforito en el calendario, especialmente si se trata de la religión católica, que como todos sabemos es la mayoritaria en nuestro país.
Llámame iluso, pero soy de los que piensan que las invitaciones siempre son bienvenidas, si no llevan implícita ninguna velada obligación para quien las recibe y más aún si hablamos de temas religiosos, donde hay que ser exquisito en grado superlativo si no se quiere herir la susceptibilidad de nadie, ni de quien invita, ni a quien se invita.
Por eso no encontrarás en ningún manual del buen alcalde referencia alguna al deber de asistir en primera fila y de punta en blanco, a los eventos de carácter espiritual, porque entre otras cuestiones se supone que vivimos en un Estado aconfesional, en el que los temas relativos a la fe de cada cual se dirimen en el ámbito privado. Por eso, no entiendo a quienes se permiten el lujo de afear, como ya se ha hecho en más de una ocasión, la ausencia del alcalde de turno en los actos religiosos propios del periodo donde se conmemora los últimos momentos de Cristo en la tierra, por citar un ejemplo próximo en el tiempo, ni a quienes se afanan en lucir cargo a toda costa en eventos de una determinada religión, en este caso la católica, obviando a aquella parte de la ciudadanía que profesa otra religión y a quienes sencillamente, no profesan ninguna.
Pero como una cosa no quita la otra y reconociendo que tiene todo el sentido del mundo que el Estado se declare aconfesional, también lo tiene que nuestro Ayuntamiento ponga todos los recursos necesarios sobre la mesa para que las celebraciones multitudinarias, como lo es la Semana Santa, se desarrollen con todas las ley y cuenten con todas las medidas de seguridad habidas y por haber para evitar males mayores, que luego vienen las madresmías. Vamos, igual que se viene haciendo con la cabalgata de la Feria o con el campeonato de España de duatlón.
Y ahora es cuando viene la reflexión personal. Si todo esto es así, que lo es, no hagamos como los fariseos y aparentando virtud, juzguemos severamente la conducta de los demás.
En resumidas cuentas, al final del mandato, la valoración que hagamos del equipo de gobierno debería ser en función de sus hechos, y no por su asistencia o ausencia a la procesión del Viernes Santo, o a la misa del día 8 de septiembre. Al menos eso creo yo. O somos constitucionalistas o no lo somos, o vivimos en un Estado aconfesional o no, porque eso de la aconfesionalidad católica, como que no cuadra mucho. A que no, pues eso.
La laicidad es la expresión jurídica de la tolerancia donde todo cabe y donde todos tenemos nuestro espacio.
Antonio Martínez
La mascletá explotó antes de tiempo
DESDE EL ACEQUIÓN – por Antonio Martínez Martínez
Querido paisano:
Te escribo desde lo alto de la Motilla del Acequión para contarte que, a lo lejos, en la línea del horizonte, hoy Albacete se ve un poco menos verde que hace unos meses. El progreso, o eso dicen, se ha llevado por delante un buen puñado de olmos siberianos que se alineaban erguidos a lo largo de la calle Virgen del Pilar y de los que solo queda un tocón que señala el sitio donde se plantaron y crecieron, como muestra del arboricidio cometido, al parecer con premeditación, alevosía y a plena luz del día, que aparte de rimar es lo que sucedió.
La justificación para la tala era la enfermedad que aquejaba a alguno de ellos, y que ha servido como excusa para apear a los que solo necesitaban una poda, aunque fuera en profundidad. Menos mal que no había temor al contagio de la Geleruca del olmo, porque de haber sido así me temo que habrían desaparecido incluso los geranios que mi amiga Maribel tiene en su balcón frente a la Alfonsica.
Ahora que parece que escampa y se puede pasear por la zona sin temor a ponerte pringao de barro hasta los ojos, se pueden observar dos cosas. La primera, los restos almacenados de la tala travestida de poda como prueba del hecho en cuestión, y la segunda, el retranqueo de varios metros de la nueva alineación de la calle, que mucho me temo ha sido el motivo principal de la poda, digo de la tala.
La cuestión es sencilla. Había que ampliar el ancho de la calle Virgen del Pilar y como existía una línea de árboles que entorpecían los trabajos, pues sacamos la motosierra tipo Milei y adiós muy buenas, pasándose por el forro polar el contenido del informe municipal que solo permitía renovar (que es un término mucho más delicado que cortar de raíz) un total de 18 árboles y no los 41 que han desaparecido. Vamos, lo que viene siendo la política de hechos consumados, a lo que la Concejala de Sostenibilidad y Marca Albacete ha contestado que no se trata de una decisión ni improvisada ni irresponsable. Vaya por Dios, si aún va a resultar que lo de la premeditación no es una exageración mía, sino que todo estaba atado y bien atado, como dijo en su día aquel del bigotillo fino. ¡Ah!, y que los van a reponer. Pues faltaría más.
Pero es que además llueve sobre mojado, nunca mejor dicho. Porque un poco más adelante, en la Vía Verde, no es solo que la fuente haya sido abducida por no se sabe quién o qué, sino que salta a la vista que las talanqueras necesitan un repaso, o mejor dos, y a conciencia, y ya metidos en harina, limpiar un poco el cauce del Canal de María Cristina, en este caso aguas arriba, tampoco estaría de más, porque además del consabido colchón que nunca falta en los cauces, botellas de plástico y varias cajas de poliexpán, ahora se le ha unido lo que parecen ser restos de poda, ramas y trozos más o menos grandes del arbolado que ha tirado el viento. Toda esta porquería le da al cauce, y por añadidura a la Vía, una sensación de abandono y desidia bastante desagradable. Cuidar la vía verde es cuestión de todos, de los usuarios, entre los que me encuentro, y especialmente de su titular, el Ayuntamiento de Albacete, que dicho sea de paso también somos todos.
Y como no hay dos sin tres, todo apunta a que esta no habrá sido la semana soñada por la concejala responsable del cuidado del Medio Ambiente y de la Marca Albacete, que yo no sé si reniega o no del Pacto Verde Europeo, como sí lo hace su jefe de filas regional, pero que por los hechos lo parece.
Pero a lo que iba, que me distraigo. Supongo que el apellido Marca Albacete viene dado por la estrategia de turismo que se supone tiene nuestro consistorio, y que siendo muy simplista consistiría más o menos vender a los cuatro vientos la Marca Albacete como atractivo turístico. Pues si los tiros van por ahí, me temo querido paisano que hemos pinchado en hueso, porque desde el equipo de gobierno popular no se ha estado muy fino eligiendo los tiempos, y eso en política es fundamental. Y mira que me extraña, porque para eso de medir los tiempos mi querido Alcalde se las pinta solo.
Sería de muy mala educación no agradecer y mucho, la visita de los cientos de alicantinos que han pasado unos días en Albacete promocionando Las Fogueres de San Joan, gracias al protocolo de colaboración firmado entre ambos alcaldes y fraguado en Fitur. Hasta ahí todo perfecto. Cada ciudad promociona lo suyo y todos tan contentos. Lo llamativo es la coincidencia de la celebración de Las Fogueres con nuestras Fiestas de San Juan, porque mira tú por donde el don de la ubicuidad aun no lo tenemos. O nos vamos a Alicante, como pide la Concejala de Turismo alicantina y el Presidente de la Federació de Les Fogueres de San Joan d’Alacant, o nos quedamos en Albacete. No hay más.
Llegados a este punto me permito pedir el comodín de público, para que imaginemos entre todos que cara se les quedaría a las gentes de Alicante viendo al alcalde de Albacete, vestido de manchego en lo alto del Castillo de Santa Barbara megáfono en mano, repartiendo paloma y rolletes de anís, mientras pide a los alicantinos que este año se olviden de las fiestas de su ciudad y se vengan para Albacete a disfrutar del Festival de las Antorchas. ¿Raro no?, pues eso, ahí tienes la respuesta. Cada uno en su casa y Dios en la de todos, que tiempo habrá a lo largo del año de disfrutar de las bondades de la ciudad de la luz y viceversa.
Música para romper un techo de cristal
artículo de opinión por Antonio Martínez Martínez
Querido paisano.
Puede que no sepas que el Ayuntamiento de Albacete ha previsto invertir en la rehabilitación del que fue tu hogar, allá en El Acequión, el 0,000098 % de su Presupuesto. No sé lo que tú opinarás, pero a mí me parece que nuestro apreciado alcalde no se ha estirado demasiado para recuperar lo que fue el origen de nuestra historia. Igual es porque tú ya no votas, no lo sé, pero…
Después de tantos siglos, supongo que no te supondrá mucho esfuerzo esperar un par de años, para ver si cambian las tornas y llega un Gobierno municipal que se ocupe de verdad en atender nuestro pasado como se merece, porque es a fin de cuentas el rumbo que puede marcar nuestro futuro.
Y hablando de futuro, y para que veas que todo no van a ser críticas, merecidas por otra parte, hoy te hablaré de una propuesta que posiblemente no cambie el futuro, pero que hará justicia una vez sentado el precedente.
A lo que vengo, vengo. Nos gusta presumir, y con mucha razón, de que en Albacete tenemos el privilegio de disfrutar de la música que interpreta con maestría la Banda Sinfónica Municipal. Una agrupación municipal más que centenaria, que vio la luz en 1859, apenas diecisiete años después de la Filarmónica de Viena, que no es cualquier cosa.
Durante todo ese tiempo, nuestra Banda ha contado con muchos profesionales que la han dirigido con acierto, hasta convertirla en la única Banda Sinfónica profesional municipal de toda Castilla-La Mancha. Para alcanzar este estatus contaron con el empuje definitivo del alcalde Pérez Castell, que como con tantas otras cosas en la ciudad, también se empeñó en darle lustre a la música municipal.
Según me cuentan fuentes generalmente bien informadas, y nada me hace sospechar que en esta ocasión no lo estén, que la sangre y el conocimiento tiran mucho, hasta el pasado 8 de marzo pocas mujeres, por no decir ninguna, habían tenido la posibilidad de empuñar la batuta y dirigir a nuestros músicos, aunque fuera de forma extraordinaria. La pionera en este caso fue la directora valenciana Beatriz Fernández Aucejo, que cuenta con un envidiable currículo al frente de Orquestas Sinfónicas de media España, Berlín, México, Corea del Sur y Francia.
Sentado el precedente y comprobado in situ que la iniciativa fue todo un éxito, y así hay que reconocerlo, también sirvió para afirmar que la dirección de orquesta no es solo cosa de hombres, como ya se encargó de demostrar la holandesa Antonia Brico, cuando a principios del siglo XX dirigió la Orquesta Filarmónica de Berlín. Y ahora viene la propuesta, que todo llega.
Aun siendo consciente de la dificultad que supone contar con la disponibilidad de directoras de orquesta, habida cuenta de la escasez de profesionales encargadas de tal menester, sería de agradecer que nuestro Ayuntamiento insertase en su programación anual la celebración de conciertos extraordinarios que fueran dirigidos por directoras, de tal forma que la presencia entre nuestros músicos de la directora Fernández Aucejo no fuera solo flor de un día, sino el comienzo de una sana costumbre.
Pese a que las mujeres son mayoría en los conservatorios de música, la realidad es que se encuentran con un techo de cristal al intentar acceder a ser directoras de orquesta en España. Y es que de las 34 orquestas de la Asociación Española de Orquestas Sinfónicas, solo dos cuentan con una mujer como directora titular. Hay que ver lo que cuesta cambiar la mentalidad de quienes piensan que un puesto que, tradicionalmente, por ser de liderazgo de un grupo humano, está reservado a los hombres, olvidando que la música no entiende de géneros.
Nuestro Ayuntamiento tiene ante sí el reto de abrir una brecha importante en ese techo de cristal y convertir lo extraordinario en ordinario. Y ya que nos dicen por activa y por pasiva que disponemos de los Presupuestos más sociales y participativos del mundo mundial, estaría bien que lo demostrasen con hechos y no solo con palabras, y nada mejor para ello que poner los medios necesarios para visibilizar la presencia de mujeres en un ámbito tradicionalmente reservado a los hombres. La música, nuestra Banda y sus fieles seguidores lo agradeceríamos.
PD. Aunque ya se sabe que las cosas de palacio van despacio, espero que esta modesta propuesta sea una realidad de forma más rápida que la instalación del marcador en el Carlos Belmonte. Y es que no solo hay que poder, sino que también hay que querer. ¿Querrá el alcalde hacer política con mayúsculas o se conformará con asfaltar y enladrillar?, que dicho sea de paso es su obligación. Se admiten apuestas.
En la gestión del agua también importan quien gobierna
El día 22 de marzo se conmemora el Día Mundial del Agua
El Día Mundial del Agua nos invita a reflexionar sobre la importancia vital de este recurso y su gestión a lo largo del tiempo. En Albacete, la historia del abastecimiento de agua y el desarrollo de sus infraestructuras hidráulicas reflejan el esfuerzo continuo por adaptarse a las necesidades de una población en crecimiento que demandaba agua en cantidad suficiente y de la máxima calidad.
En apenas dos décadas, en Albacete pasamos de consumir agua procedente de pozos de extracción del acuífero de la Mancha Oriental a disponer de un abastecimiento de aguas superficiales del río Júcar, sometido a tratamientos de potabilización y ósmosis inversa antes de llegar a nuestros hogares. Nunca habíamos tenido agua de tanta calidad, tanto en la ciudad como en las pedanías.
El abastecimiento con origen en aquellos antiguos pozos nos proporcionaba un agua con altos índices de cal, lo que afectaba principalmente al funcionamiento de los electrodomésticos en nuestros hogares y a la red de abastecimiento municipal.
Además, la creciente demanda de agua en la agricultura, tanto en nuestro término municipal como en la provincia, obligaba a obtenerla a mayores profundidades, debido al descenso del nivel freático. Al mismo tiempo, se incrementaban los niveles de contaminación, principalmente por nitratos y productos fitosanitarios. Estas circunstancias elevaban los costes por el aumento de la energía eléctrica en la extracción y la complejidad de los tratamientos necesarios para potabilizarla. Progresivamente, el agua empeoró su calidad, con un sabor desagradable y, en ocasiones, un color y olor no aptos para el consumo.
Ante esta situación, muchos optaron por el agua embotellada, lo que aumentaba los gastos de los hogares. Además, nos veíamos obligados a utilizar un sinfín de envases de plástico, contribuyendo al notable aumento de la generación de residuos.
El cambio comenzó en el año 2000, cuando el alcalde Manuel Pérez Castell decidió dejar atrás las viejas disputas sobre los derechos de agua de la ciudad. Firmó con el Gobierno de España el acuerdo para traer agua desde el Júcar. Allí se construiría la infraestructura necesaria para abastecer a la ciudad y a las pedanías con agua superficial de calidad.
Antes de este acuerdo, el Ayuntamiento de Albacete, bajo la gestión del alcalde del Partido Popular, Juan Garrido, había privatizado el ciclo integral del agua. Este proceso estuvo marcado por la falta de transparencia y de buenas prácticas políticas. Tras diversas sentencias judiciales y trabajos ya iniciados por la empresa concesionaria, se decidió crear una empresa mixta, Aguas de Albacete, combinando la gestión de la empresa privada con el control accionarial del Ayuntamiento. Esta fórmula ha perdurado en el tiempo y ha permitido mejorar la infraestructura de abastecimiento de agua en toda la ciudad.
Además, el control de fugas y pérdidas ha hecho que la ciudad se convierta en una de las mejor dotadas de la región en términos de inversión y atención a la ciudadanía, asegurando un consumo sostenible gracias al funcionamiento de Dinapsis Albacete. De esta forma, se da cumplimiento a la Agenda 2030 y a diversos objetivos de desarrollo sostenible, en especial el ODS 6, Agua limpia y saneamiento, con el Ayuntamiento manteniendo el control y la dirección en todos los aspectos relacionados con el suministro.
La infraestructura para traer agua del río Júcar a la ciudad requirió, además, de la construcción de una planta potabilizadora a varios kilómetros de la ciudad. El agua que provenía del río Júcar era de mejor calidad que la que consumíamos hasta entonces y, así, la ciudad empezó a abastecerse de aguas superficiales a través del trasvase Tajo-Segura.
El tratamiento del nuevo abastecimiento era más homogéneo para toda la red, ya que el suministro provenía del mismo origen, lo que facilitaba el control de su calidad. En contraste, el agua extraída de los pozos requería tratamientos más específicos y, a menudo, menos efectivos.
En 2014 se completó la infraestructura del ciclo integral del agua en Albacete y sus pedanías, cuando se terminó, junto a la planta potabilizadora, una planta de ósmosis inversa. Esto garantizaba a los usuarios la máxima calidad del agua, con estándares óptimos y las mejores características organolépticas.
Aunque la infraestructura estaba lista para ponerse en marcha, la planta de ósmosis inversa no comenzó a funcionar hasta mucho después. El motivo fue la llegada al poder del Partido Popular en el Ayuntamiento, cuyos responsables consideraron que el coste de la puesta en marcha era demasiado elevado y no buscaron alternativas para compensarlo.
Pasó una década hasta que un alcalde socialista retomó el proyecto. Tras negociaciones con la empresa estatal de aguas, se acordó incluir la puesta en marcha de la planta de ósmosis inversa en el canon que se paga por el uso del agua del río Júcar. Finalmente, en 2023, se completó la implementación de la planta, lo que permitió que Albacete recibiera agua de máxima calidad.
Hoy en día, ya no es necesario comprar agua embotellada, ya que nuestro abastecimiento es de una calidad incuestionable. Además, se ha reducido significativamente la cantidad de cal en nuestras tuberías y electrodomésticos. Así, no solo se ha conseguido un bien público esencial para toda la ciudad, sino que también se ha mejorado la calidad de vida de los vecinos y vecinas, mientras se optimiza el uso de los recursos.
Cuando se pregunten si realmente importa quién gobierna, es importante recordar que han sido políticos comprometidos con el bienestar de la mayoría quienes han trabajado para mejorar la calidad del agua en Albacete. Y ese compromiso nos lleva, sin duda, al PSOE y a alcaldes y alcaldesas como Salvador Jiménez, José Jerez, Carmina Belmonte, Manuel Pérez Castell, Carmen Oliver y Emilio Sáez.
AMPARO TORRES VALENCOSO | PORTAVOZ GRUPO MUNICIPAL SOCIALISTA Y SENADORA POR ALBACETE
A la cola en peatonalización
Artículo de Opinión de Antonio Martínez
Hay noticias que nunca vienen bien, sobre todo aquellas que tiran por tierra algo de lo que presumes constantemente. Por eso, estoy seguro que al primer edil de la ciudad de Albacete le habrá sabido a cuerno quemado leer que no estamos en el Top 10 de las ciudades españolas, en cuanto a ratio de zonas peatonales se refiere.
¡Pero qué digo Top 10!, ni en el 20, ni en el 30… estamos en el puesto número cuarenta de cincuenta y dos ciudades analizadas por la empresa Open Street Maps, para un estudio publicado por el portal de reservas de casas de vacaciones Holidu. Pero como no hay dos sin tres, resulta que a nivel regional tampoco es que nos vaya muy bien, ahí estamos en tercer lugar de cinco, tan solo por delante de Toledo y sus cuestas y Ciudad Real. Lamentablemente, viajamos en el furgón de cola aquí y allá.
Como ves en este asunto desde luego para tirar cohetes no estamos y eso que mi querido alcalde, y conste en acta que lo digo sin sorna, heredó una de las mayores transformaciones que ha sufrido nuestra ciudad en los últimos años, con la peatonalización de un tramo importante de la calle Ancha, sacando de la circulación los ocho mil vehículos que la cruzaban a diario, que se dice pronto.
Coincidirás conmigo querido lector, en que el concejal de Ciudad Dinámica, Activa, en Marcha y de Futuro, tiene tajo por delante en los próximos veinticuatro meses, si quiere terminar su mandato escalando, aunque sea un miserable puesto en ese ranking que nos avergüenza, o al menos nos debería sonrojar y mirar por el retrovisor a Castellón, que es ahora mismo quien nos precede.
¿He dicho tajo? Error. Con lo creativos que se han puesto en el Ayuntamiento con esto de los nombres a las concejalías, quizás ese término les suene a chino o sea demasiado vulgar para tanta materia gris, así que será mejor decir que tiene ante sí el trascendental deber de contribuir con su encomiable labor a acelerar con energía la llegada del porvenir. Amén.
Volviendo a lo terrenal y obviando el resultado del estudio, que es malo de solemnidad para nuestra ciudad, se mire por donde se mire, desde la Casa Consistorial estaría muy bien que convocasen un gabinete de crisis, pero no para ver a quien se le apunta con el dedo acusador y se le carga el mochuelo de la mala nota obtenida y de paso matar, o desprestigiar el mensajero, que para el caso es lo mismo, sino para poner remedio a algo que nos preocupa y nos debería ocupar.
Sinceramente, somos cada vez más los que pensamos que en una ciudad como la nuestra se puede avanzar fácilmente por el camino de la peatonalización, porque a fin de cuentas todos somos peatones, aunque muchísimos de ellos sean conductores, por no hablar de que la tendencia de las grandes ciudades españolas y europeas apunta a recuperar la ciudad para la ciudadanía, por mucho que la gente de VOX se revuelva malhumorada cada vez que escucha hablar de peatonalización o carriles bici y que los populares tengan un discurso ambivalente y cambiante según la ocasión y el contertulio.
Tenemos un alcalde y un Equipo de Gobierno que no anda sobrado de audacia y atrevimiento. Prefieren quedarse mirando la línea sine die, antes que cruzarla y asumir las consecuencias. El temor a la crítica les pesa demasiado a la hora de tomar decisiones y así nos luce el pelo con este tema y con otros que duermen el sueño de los justos, no sea que un mal titular les amargue el desayuno, o que una queja en el buzón de sugerencias y reclamaciones les arruine la mañana a más de uno, y mira que ese buzón lo abren poco.
El camino para revertir esta situación ya lo conocemos, aunque todavía quede un largo trecho para poder hacerlo, por lo que no nos queda más remedio que hacerle ver a nuestra primera autoridad local que no puede presumir un día de que Albacete es una gran ciudad, que lo es, y al día siguiente hacer el don Tancredo y echar balones fuera. En la peatonalización ser cola de león no sirve para nada.
Y como no nos pongamos cansinos veo la cosa fastidiada, porque los antecedentes no son nada halagüeños. Si en 21 meses, el Equipo de Gobierno ‘popular’ no ha sido capaz de conectar el sistema contra incendios en el archivo municipal, poniendo en riesgo la documentación que allí se guarda, quien se puede creer que en cuatro días, es un decir, vayan a llenar la ciudad de calles peatonales. Eso, suponiendo que desde el despacho rectangular se diga algo al respecto, que está por verse.
Como también está por verse que el Alba haya cogido la ola buena que nos saque de la zona caliente del descenso. Quiero creer que sí.
Feliz semana.



