El Gobierno amplía la Ley ELA a otras enfermedades irreversibles, garantizando una respuesta más rápida y humana.
Se fijan criterios clínicos y sociales claros.
Se agiliza la valoración de discapacidad y dependencia.
Nadie quedará fuera por no estar en un listado cerrado.
Una medida que pone a las personas y sus cuidados en el centro.