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Por Diego Aroca | Juventudes Socialistas.

Por todos es sabido que hoy en día tener una buena formación es indispensable para poder salir adelante en un mundo cada vez más competitivo. Para ello, es necesario, en muchos casos, la realización de un máster una vez finalizado el grado universitario.

La mayoría de las familias de este país realizan un enorme esfuerzo para poder hacer frente tanto a los gastos de la carrera como a los estudios de posgrado. Este esfuerzo viene siendo cada vez mayor desde 2011, cuando se encarecieron las matrículas y descendió la cuantía destinada a becas y ayudas para estudiantes. Había que hacer recortes.

Sin embargo, creo que en la actualidad no es eso lo que indigna a todos aquellos estudiantes y a sus familias que han hecho ese gran esfuerzo, que también. Lo que más nos indigna es ver como ciertas personas, influyentes todas ellas, han obtenido la misma titulación sin apenas esfuerzo, y no gracias al privilegio de tener un gran poder de concentración a la hora de estudiar. Pero sí que lo han obtenido gracias a algunos privilegios que cualquier estudiante de a pie ni se plantearía. Privilegios tales como el poder no asistir a clase, no aprobar algunas asignaturas y ya puestos a trabajar en el máster, para qué hacer el trabajo final.

Así de cruda y de cierta es la realidad de la señora Cifuentes. Un expediente con más sombras que luces, matrícula a destiempo, incumplimiento del porcentaje mínimo de asistencias a calse, repentinos cambios de nota, firmas falsas (reconocido por las profesoras damnificadas) y un trabajo final de máster que no aparece.

¿De verdad alguien se cree esta pantomima? Pues parece ser que sí. Parece ser que Albert Rivera y sus súbditos madrileños aún tienen alguna esperanza en que esto pase sin consecuencias. Lo digo por el más que probable voto en contra en la moción de censura presentada por el PSOE en la cámara de la Comunidad de Madrid. Y es que igual que se pueden regalar un máster, se pueden regalar sillones en el Gobierno

Aún así, los estudiantes de verdad, que somos la inmensa mayoría, debemos sentirnos privilegiados por haber conseguido nuestros logros con mucho esfuerzo y dedicación para poder trabajar algún día en lo que hemos dedicado tanto tiempo y en lo que realmente nos gusta.

Diego Aroca Rodas

Secretario de Educación, Cultura y Deporte.