Lamentamos la actitud del alcalde de Albacete, Manuel Serrano, y de su Equipo de Gobierno que ya en la oposición se instalaron en la crítica destructiva y «en una estrategia política de desgastar personalmente a sus enemigos (porque no nos considera simples adversarios, ni mucho menos rivales políticos) y lo hace con todos los medios a su alcance».
En Albacete, el gobierno de Manuel Serrano ha decidido, con su actuación, romper los consensos y volar por los aires todos puentes con los grupos políticos de la oposición, especialmente con el PSOE de Albacete.
Su forma de actuar, instalado en la bronca constante y la advertencia o las amenazas veladas, no es propia de quien gobierna, ni siquiera de quien quiere llegar a gobernar. Desde enero del año pasado, basa su estrategia política en ir desgastando personalmente a sus enemigos (porque no nos considera simples adversarios, ni mucho menos rivales políticos) y lo hace con todos los medios a su alcance. Ha decidido que la mejor defensa es un buen ataque, y quema todos los barcos en cada uno de sus ataques, sin piedad y haciendo daño en la esfera personal de quienes resultamos ser sus «victimas» (solo esta semana ya nos han dicho en público -con nombre y apellidos- mentirosos, manipuladores, oportunistas, aprovechados, deleznables, infames y que utilizamos a las víctimas).
Esta actitud no es propia del Manuel Serrano de hace unos años, a quien echamos en falta. Algún mal asesor, alguna orden de partido o alguna ambición no cumplida ha tenido que tener en su entorno que le ha convertido en un Alcalde que perjudica la salud democrática municipal.
Su actitud, la que lleva a cabo él mismo o la que le encarga a su portavoz, a quien deja a los pies de los caballos en cada semana, está provocando una tensión insoportable en las relaciones que mantenemos los grupos políticos con el gobierno, dificultando la relación normalizada que teníamos meses atrás y esto sin duda perjudica a la ciudad.
Cambiar y volver al diálogo. Porque estáis generando un ambiente irrespirable.
Se que estáis leyendo estas líneas, y os pido que empecéis a comportaros como si fuerais gobierno, que aceptéis la labor de la oposición que evidentemente pasa por la propuesta y la crítica política y que abandoneis el frentismo en el que os estáis metiendo.